Sábado 11 de agosto, empieza la ruta de los Himalayas!
Me he tomado un par de días en Manali para descansar, reponer fuerzas y pasear tranquilamente por la zona con mi compañero de habitación “Rafe”.
Rafe es un inglés que ha venido a pasar sus vacaciones en la india y hacer la ruta del Himalaya en moto.
-Me dice que soy un loco por haber conducido desde Delhi hasta allí en moto. Cuánta razón tiene.
Él, que ya ha hecho parte de la ruta que voy a hacer, me da unos cuantos valiosos consejos. En primer lugar comprarme un buen chubasquero, botas de agua y guantes. Conforme siga subiendo de altitud, cada vez hará más frio y lo voy a necesitar. Además, hay zonas destrozadas queda más remedio que bordearlas atravesando ríos.
-Bien, eso parece retador e interesante!

Rafey yo nos cambiamos las motos un par de días, me apetece la tranquilidad de una clásica (morriña de mi Harley) y a él le apetece probar una Trail.
Eso sí, antes aprovechamos para pasar al taller a poner de nuevo a punto las motos. Mi moto, despuésde la odisea del otro día, necesita un cambio de bujías y engrasarle la cadena. La suya, que le limpien los filtros.

Momento de despedirme y de seguir mi ruta. Consejo final de Rafe: “Necesitas un par de bidones de gasolina, y llevarlos siempre llenos, una vez te adentres en las montañas ya no hay gasolineras en 370 km”.

Vuelvo a disfrutar de la conducción. Gracias a la equipación, la lluvia ya apenas me molesta, las carreteras no son muy transitadas y se puede disfrutar de las curvas. Además el paisaje, bosques verdes con inmensas pinadas y caídas de aguaque embellecen el lugar haciendo que la ruta se convierta en un paseo por la naturaleza.
Paro varias veces a tomar fotos de las vistas, a respirar el aire puro y a cerrar los ojos para «simplemente» sentir el silencio del lugar.


El primer día apenas recorreré los 144km que separan Manali de Keylong, lo cual me llevará aproximadamente 6h. Una única ruta que asciende lentamente por las montañas, ya peladas de vegetación, que conducen al paso de “Rothang La” (3.978m), nombre cuya traducción literal significa “montón de cadáveres”.
-Prefiero no saber por qué.
La subida al puerto de montaña es “entretenida” debido a que me cruzo con un convoy de vehículos militares que bloquean media montaña. Aunque no para mí..
Voy “ratoneando” como puedo con la moto y me escabullo entre los huecos para no tener que estar allí parado esperando.
Llego a Keylong temprano y busco un “hotel” agradable donde pasar la noche.
– Hoy ha sido un buen día.
Me he levantado con una ligera sensación de mareo y un dolor extraño de cabeza. Desayunando en un lugar cercano, conozco a un variopinto grupo de europeos que han alquilado un Jeep y un guía para hacer la ruta hasta Leh. Hacemos buenas migas e inmediatamente me invitan a que me una a ellos para no hacer el camino solo. Desafortunadamente el ritmo de una moto y de un Jeep son distintos, y a mí no me apetece esperarles cada vez que se pare el tráfico por un convoy… Acordamos encontrarnos directamente por la noche en la siguiente parada y tomar algo juntos.
Su guía “Sani”, un fumeta simpático y agradable, me da su telefono «just in case» y me dice que no debería hacer esa ruta solo:
-Es complicada,deberías venir con nosotros, contratar un guía o unirte a otro grupo de motos.
De nuevo estoy disfrutando de la conducción. La ruta te pone a prueba constantemente, curvas de “Scalextric”, zonas de piedra, zonas off-road, zonas en las que te encuentras un mix de todo… y ríos. Era la primera vez que cruzaba un río en moto. Hasta entonces solo lo había visto en vídeos y me parecía una pasada. – Ahora lo puedo confirmar, es una pasada-.
Sin embargo, no es nada fácil. Hay zonas en las que te llega el agua a la rodilla,el suelo es inestable (por las rocas) y resbaladizo a la vez, no puedes dejarde acelerar (como se te pare la moto estas jodido) y tienes que luchar contra la corriente a la misma vez.
En uno de ellos me encuentro a varios grupos de motos, parados a un lado del rio y los guías cruzándoles la moto de una en una.
A mitad tarde paro de nuevo a contemplar el paisaje y me compruebo la gasolina del depósito… -No queda mucha, toca rellenar.
Tercera prueba: la cara de panoli que se te queda cuando ves que las garrafas se han jodido en algún momento y has perdido TODA la gasolina.
-Ese es en uno de esos momentos en los que piensas que deberías haber hecho caso y haber ido en un grupo…
Sigo hacía adelante con la poca gasolina que le queda a la moto y con la esperanza de encontrar a alguien. Unos kilómetros más adelante veo una base militar, ¿salvado?
Los militares no me pueden ayudar, puesto que allí solo disponen de reservas de diésel para sus vehículos. No obstante, me indican hacia una dirección donde encontraré una pequeña aldea en la que alguien me podrá ayudar.
Cierto,en el micro “asentamiento” al que llamaban aldea encuentro a un hombre que me vende gasolina (a 5€ el litro) y me ofrece dos garrafas en buen estado. ¡Bingo!
El hombre me invita a la “tienda” de su madre para comer algo.
Con toda la historia para conseguir gasolina se ha hecho tarde, ya no puedo continuar.
La familia me invita a pasar la noche allí y salir por la mañana.
¿Y porqué no?