HIMALAYAN ADVENTURE 7/10

Viernes 17 de agosto, Noche en el Lago Pangong

La ruta desde Leh hasta el lago Pangong es de apenas 223km, sin embargo, esto en el Himalaya se convierte en alrededor de 6,5h…
El camino es bastante agradable, gran parte está asfaltado y las zonas que no lo están no son demasiado difíciles (al menos después de la ruta desde Manali).
Sobre el medio día cruzo el paso de Chang-La (5.400m) y esta vez la altitud no me afecta tanto, aunque no puedo decir lo mismo de mi moto… la falta de aire hace que el carburador no trabaje bien y se convierte muy complicado controlarla. Hace buen día y buena temperatura y no me cuesta demasiado cruzarlo. Una vez bajando, aprovecho para parar a comer algo en un pequeño puestecito de carretera.
-No puede faltar mi ya tradicional tortilla de pan y mi plato de arroz blanco-.

Poco después de bajar el puerto de montaña ya se empieza a apreciar de lejos el lago, a 4.000m de altura encuentras una inmensa masa de agua de 130km de largo en la que se ven reflejadas las áridas montañas que lo rodean, regalando un paisaje espectacular que es difícil no parar a fotografiar.

Llego al lago sobre las 15h de la tarde e inmediatamente busco un zona civilizada para informarme un poco sobre dónde puedo acampar. La zona civilizada se trata de poco más que 4 «casas» y una serie de campamentos turísticos a los que los tour-operadores llevan turistas en masa…
-Esto no es para mí-.

Me voy para una zona más remota del lago donde poder acampar tranquilamente y sentir la grandiosidad del lugar: el lago, las montañas, mi tienda de campaña y mi moto… no necesito nada más para hacer el momento perfecto. O quizás sí; pero, de cualquier modo, nada que me puedan ofrecer los campamentos para turistas.
Es todavía de día y sin embargo hace ya bastante frio, así que una vez preparada la zona y montada la tienda me voy a buscar leña para poder preparar una hoguera más tarde. No puede haber un buen campamento sin una buena hoguera.

Tan solo dos horas después de llegar, me he convertido en la atracción local «El pirado de la moto acampado en la orilla del lago». Algunos locales vienen a verme y simplemente pasan silenciosos a mi lado. Otros, ávidos por matar la curiosidad, me hacen todo tipo de preguntas: de donde vengo,  cómo he acabado ahí, cual es mi historia… otros vienen consus niños y me piden hacerme fotos con ellos.
De normal soy una persona bastante reservada -aunque en ocasiones no lo parezca- y este tipo de situaciones me produce más incomodidad que otra cosa. Sin embargo, la mezcla de naturalidad, curiosidad y buena fe de la gente que viene a verme, hace que el momento sea agradable.

Hace bastante frio, mucho más que de normal, y el cielo se está empezando a poner gris…
-No estoy muy seguro de si acampar aquí, a lo salvaje, ha sido tan buena idea-.

Se me ocurre coger la moto e ir a negociar a los campamentos, quizás pueda conseguir algo para el frio. Tarea difícil, 3 campamentos me rechazan directamente, 2 me dicen que no pueden prestarme nada puesto que están con el material justo y 1 me ofrece dormir allí por el módico precio de 150€!!
Al final consigo que en el último campamento me “alquilen” una manta, solamente me toca dejar 50€ de fianza y marcarle en un mapa la zona donde estoy acampado.
-Tranquilos, no tengo ninguna intención de fugarme con la manta… XD

Llega la noche y me siento una especie de “Lucky Luke”, en un recóndito rincón de las montañas del Himalaya, acampado en la orilla de un solitario lago y calentando mi cena en una hoguera… ¿no suena idílico?

El romanticismo del momento dura hasta que empieza a llover, y además cada vez hace más frio.  Paso la noche como puedo. Duermo con toda mi ropa puesta, más el saco, más la manta que he alquilado, y aun así me cuesta conciliar el sueño por culpa del frio.
El sueño; la incesante lluvia que cae durante la mayor parte de la noche me hace tener todo tipo de pesadillas sobre inundaciones…  y mi tienda, mi moto y yo en el rio…
Aún así, todo vale la pena solamente por ese amanecer, por abrir la tienda y deslumbarme por la grandiosidad del lugar en el que me encuentro.

Hace un frio que pela, salgo de la tienda y me encuentro todas las montañas nevadas, prácticamente hasta el nivel del lago ¡con razón tenía tanto frio!
Viene mi “amigo” a buscar su manta, me comenta que estaba preocupado por la dura noche que habíamos pasado -lo que no tengo claro es si está preocupado por mí o por su manta-.
No solo le devuelvo su manta, sino que además acabo vendiéndole mi tienda de campaña. Creo que ya he cubierto el cupo de aventuras y además necesito ir aligerando equipaje.
-Se acabaron las acampadas gitanas-.

Vuelvo rumbo a Leh, no para permanecer allí sino para ir a hacer las gestiones para conseguir el permiso necesario para la región de Cachemira.
En la vuelta lo paso especialmente mal durante las primeras horas a causa del frio. El termómetro de la Royal Enfield marca 4º a nivel del lago… temperatura que llega a -3º en la parte alta del paso de montaña ¡y estamos a mitad de agosto!

Si no fuera por el frio y la sensación de congelamiento que sufrí en los pies durante gran parte del trayecto, podría decir que el trayecto fue divertido.


Nunca había conducido en moto sobre nieve, sin embargo, después de las sesiones de barro que he tenido durante el viaje, tampoco es tan diferente.

-Ahora toca decidir el último tramo del viaje…

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