HIMALAYAN ADVENTURE – 1/10

 19 DÍAS, 2.700KM, 1000 PAISAJES, UNA GRAN AVENTURA Y DOS REALIDADES MUY DISTINTAS

Sábado 4 de agosto, vuelo de Madrid a Nueva Delhi: Llegada a la capital de la India.

Nada más llegar ya se percibe un ambiente diferente: las decoraciones típicas adornando las paredes, los «Hare Krishnas» ataviados con sus túnicas recogen sus equipajes y un ligero aroma a incienso torna acogedor el lugar.

La primera «prueba» que me pone el país, la encuentro cuando una señorita muy educada me dice con amabilidad:

«Señor, su equipaje no ha llegado en este vuelo. Por favor, déjenos sus datos de contacto y le avisaremos cuando aparezca».
Bien, que no cunda el pánico, no es la primera vez. Vamos a descansar y mañana será otro día.

-Un par de días en Delhi son suficiente para darme cuenta de que aquello no es como lo había imaginado.

Lo primero que me llama la atención es el «olor», una mezcla de olores a excremento de vaca, polvo, basura pudriéndose en el suelo y humo de tubo de escape envuelven el lugar. No es muy agradable al inicio, pero al final la pituitaria se acostumbra y se vuelve más llevadero.

Tras el olor, una vez voy prestando atención al ambiente, lo siguiente que me choca es la cantidad de gente «pobre» que encuentro tirados por el suelo.  Puedes haber visto pobreza, pero el nivel de miseria que te encuentras allí no es comparable a ningún otro lugar que hayas visitado antes.
El tercer sentido que se ve afectado es el oído, el caos de la ciudad se trasmite a través de los gritos de las personas, los sonidos de los vehículos y, sobre todo, de los incesantes pitidos de los cláxones. Todo el mundo allí pita, pero pita incesantemente (como si eso fuera a cambiar algo) haciendo que se te acaben metiendo los pitidos en el cerebro.

«Quizás al principio no me de cuenta, pero mis niveles de cortisol van a ir aumentando exponencialmente a medida que esté expuesto a esto…»

Comer es algo emocionante al principio, descubrir cosas nuevas, especias exóticas, picante, mucha comida vegetariana… Veremos qué tal evoluciona esa «emoción» a medida que pasen los días…

Han pasado 3 días, por fin he recibido mi mochila y es el momento de ir a recoger mi @royalenfield y empezar la aventura de verdad: recorrer la India en moto y cruzar los Himalayas y el valle de Cachemira.

El momento de subidón que sentí al recibir todas mis cosas duró justo hasta que fui a recoger la moto que tenía alquilada. La moto estaba completamente hecha polvo: rueda de atrás destrozada, carburador que goteaba gasolina, motor que separaba a ralentí…
«No pasa nada señor, la moto está muy bien, es solo que lleva parada un par de días. En cuanto el motor esté caliente, ya funcionará todo a la perfección.» -Me decía el indio mientras movía la cabeza…
-Cabrones. Me la están jugando.

Tras discutir un rato con él, y ver que no tenía otra opción más que llevármela o esperarme 3 días hasta que tuviera otra moto disponible, acordamos que me llevo la moto a cambio de que pueda cambiar la rueda trasera y arreglar el motor si tengo algún problema corriendo ellos con esos gastos.

Empieza el viaje!!